Año
3 d.S. nos encontramos en Ringëril, tierra de grandes leyendas con
pasado divino, en la cual los dioses dejaron su imprenta encriptada
para guiar el camino de sus devotos.
Tras
un par de meses de tensa calma por la situación vivida en la
celebración del tercer aniversario de la batalla de Saint Peace, la
situación se agrava por momentos. Las seis personalidades más
importantes del imperio dejaron muy claras sus diferencias. El primer
golpe asestado a la estabilidad del imperio fue la noche del
trigésimo primer día del decimosegundo mes del año kantorrotiano,
cuando en un acto de desobediencia intolerable a una petición real,
Kiaransa se negó a proteger su alma de una posible invasión orca. A
colación de todo llegaron las interminables discusiones sobre la
conveniencia o no de encontrar al sucesor real y lo más grave de
todo…. Un robo en palacio!!! Aunque después resulto una simple
prueba de que Zeniel no seria capaz de cuidar al príncipe. Así
pues, las posturas son muy contrapuestas y se prevé una tarea ardua
y complicada que todas las posturas lleguen a un punto de
convergencia.
Pero
si todos estos sucesos no fueran pocos, en el cuarto mes del año
kantorrotiano sale a la luz otro elemento nada conciliador dejando
mas patente la desunión del imperio: El Tutatse. Este documento
publicado por el Priorato de Ringëril reclama ciertos derechos
históricos y su total autonomía de gestión y gobierno lo que
supone un terrible golpe a la estabilidad y resistencia del último
bastión humano en Ibun Woodenar. Lo más curioso del caso, parecía
que esta postura totalmente irreconcialiadora del Prior iba a tener
un efecto conciliador en el resto de personalidades del imperio
uniéndose todos contra el Tutatse. Pero la sorpresa fue mayúscula
cuando el consejero del rey, el druida Myrddin se posicionó en favor
de la independencia de Ringëril para tener un imperio con solo tres
reinos!!!!!!! Sus ideales arcanos de la divinidad sobre las
proporciones perfectas en el mundo mediano le empujaban
irremediablemente a apoyar la destrucción del imperio a favor del
imperio perfecto formado por los reinos de Kantor Rottex, Telpëthoron
y Táradacil.
Definitivamente
el imperio se estaba resquebrajando por todos sus costados, ya que a
todo esto, se unían las posturas indefinidas de los elfos, el alter
ego del druida, la inestabilidad del carácter del hechicero Zeniel
que a su vez es el gran valedor de la búsqueda del príncipe y la
reaparición de la raza enana en una actitud poco reconciliable.
Ante
esta situación nada halagüeña, Su Majestad el Rey Mirkan tuvo que
hacer un sobreesfuerzo inhumano, propio del gran combatiente que fue
es su época dorada, para salir a la luz publica y reprimir
contundentemente a sus fieles consejeros. A los elfos Earane, Lady
Elemmire y Kiaransa por no definir-se en su postura a favor de la
continuidad de la dinastía, a su fiel consejero Myrddin por impulsar
ideas conflictivas en el imperio y definitivamente por postularse a
favor del Tutatse, a su cuidador Amroth por aprovecharse de la penosa
y precaria situación que vivía el imperio para sacar a la luz el
dichoso Tutatse que llevaba años y años preparando para sacarlo a
la luz en el momento oportuno. Y finalmente a Zeniel por su impetuoso
carácter, capaz de ser un generoso negociante como de desenvainar la
espada a la mas mínima provocación, y encima quiere encontrar al
príncipe!!!! Realmente quiere protegerlo o sus intenciones son mucho
más oscuras?
Parece
que esto no tiene solución, el imperio parece dividido y existe un
vacío de poder terriblemente peligroso que puede conducir el imperio
a una guerra imposible de ganar. La situación hasta ahora se
sostenía gracias que la indecisión de todos los consejeros a
realizar el primer paso y esa era la estrategia que había elegido el
rey para prolongar la situación hasta que su vástago pudiera tomar
la riendas de un imperio demacrado que es la sombra de lo que llegó
a ser en su día. El gran problema surge en la escasa edad que
todavía tiene el príncipe, apenas 4 estíos, una cuarta parte de la
edad necesaria para reclamar el trono.
Aun
así, sin duda el príncipe es la gran esperanza para reverdecer
laureles, es el salvador!
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